martes, 12 de junio de 2007

Mami, llegó tu papi con el fonquete


Se me está obligando a hacer algo que no quiero hacer. Algo incómodo y hasta mal educado. Pero no queda otra, tengo que hacerlo, ese es el objetivo de toda la parafernalia.
Se me está obligando a verla de arriba a abajo, pasando por todos los puntos estratégicos de su extraña y nada sensual figura forrada en tela de denim y lycra.
Se me está obligando a que cada vez que entre a algún lugar, tenga que sentir que estoy rodeada de jamones curados y amarrados.
Hay tantas opciones para jugar con cómo verse! hay tantos espacios por explotar! Un cuello... un antebrazo... unos ojos. Pero, no. NO, yo quiero que estos pantaloncitos me queden bien apretaditos!
Ni siquiera se trata de una cuestión de tipos de cuerpo, no es que a una señora gorda se le ve mal y a una flaca no. Es la obsesión, en todos los estratos sociales, de sentirme BUENOTA.
De pre-adolescente tuve épocas así... agarraba aguja e hilo y empezaba a coser los pliegues internos de mis pantalones (no era muy fácil para mí conseguirme ropa apretadita), de manera que pudiese llegar al colegio, y sentirme igualada con los barriles incoherentes que se paseaban por ahí, que ahora reconozco que de sensual no tenían nada, pero no importaba. Era él ajuste, caminar y saber con certeza que te están viendo... y no cualquier cosa, sino... ehm... el culo!
!Qué sofoque! qué poca creatividad... y qué manera de desperdiciar el recurso del ajuste de la ropa, un recurso que, con algo de elegancia puede ser cautivador...
sólo para que pueden ladrarte por ahí. Y esto es TODO tipo de gente. Y lo peor es cuando es en personas que creen que están en la tope tope de la moda, y que pagan como 47482748927847294 bs. para lograr apretarse.
Como se extraña a un buen argumento, cada vez extraño más a la frescura que en una época nos caracterizó como mujeres.
¿En qué momento reducimos todas las posibilidades de sensualidad a apretar bien las piernas, las nalgas, y todo lo demás?
Con tanto "apriete" visual... se me baja la tensión, de repente los espacios se hacen más pequeños y tengo que salir de esta suerte de bodegón para poder tomar aire...
Es que ni siquiera se trata de que "es degradante para las mujeres" "nos mercantilizan como objetos sexuaaales"... Cálmense, cada quien es libre de hacer con su perol lo que le de la gana.
Se trata de la forma, de la creatividad... y en última instancia, de sorprender gratamente..
Si te vas a forrar, más te vale que te forres en papel aluminio y escarcha, porque si no, de ninguna otra manera me vas a sorprender...

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