lunes, 26 de diciembre de 2011

Morella I.

Vamos a ver...

Yo voy a decirte un nombre al azar, de algún país que yo sé que has visitado. Tú me vas a decir lo primero que pienses.

Vamos.

Japón

Japón es muy lindo. Con sus techos de madera, sus kimonos. Con sus cruces... mentira, cruces no porque eso es un elemento occidental...de la comida no me acuerdo. Sus techos a dos aguas. Japón con sus lindas japonesas y su amabilidad. Ahí veo una japonesa en la ventana. Me acuerdo que estaba embarazada y la mandaron a estar acostada los nueve meses, era otra época... Su esposo era un diplomático que la quería mucho. Pero dió a luz a un niñito que nunca despertaba, los médicos le dijeron que estaba muerto. Qué cosa más triste... Mucho pescado fresco hay en Japón, todo muy organizado. Ahí está la casita japonesa. Ahí, pues, en ese árbol! Ahora veo como unas caraotas... están juntas, pero no, ellas no se besan así.

Japón.
Kowaki-En, Hakone. Japón, 7 de Septiembre. 1960

Escuchando el sanshin y el tambor, Japón es ése tren que probablemente agarraste, el acompañante anónimo que se sentó a tu lado, el té verde en el hotel, el recuerdo de tus niñas en Caracas, el bambú mañanero, la lejanía de la calle y todos los lugares comunes que me inventé.