Hay días en los que puedo pasar horas y horas sin parar, viendo televisión.
Cuando esta situación se hace recurrente suele aparecer en mi mente un "aviso" que dice en voz baja: "Párate" "No puedes estar perdiendo el tiempo así todo el día, lee un libro, sal a caminar, haz algo pero deja de ver televisión"
Sin embargo, no me paro. Sé que no estoy disfrutando demasiado viendo televisión, incluso sé que está mal hacerlo tanto, pero no me paro. Los ojos me pican, me duele la cabeza y justo cuando siento que voy a vomitar la apago y veo cómo demonios lidio con el malestar.
Hace algún tiempo que no escribo sobre lo que pasa en este país... tuve un tiempo de real indiferencia, otro de determinismo, es decir de "esto pasa porque sí y porque tiene que pasar y ya", y ahora escribo sobre la sensación colectiva de estar viendo demasiada televisión y no pararse, y no hacer nada. La sensación colectiva de que todo se está poniendo más pastoso y de querer hacer algo pero no hacerlo no sólo porque "no se puede" sino porque estamos demasiado cómodos en la cama con el control en la mano y los dedos llenos de migajas de Cheetos.
Juzgar a quienes no "hacen nada" es tan falso como felicitar a los que sí hacen algo. ¿Quienes lo hacen? ¿Qué es hacer algo? ¿Se es menos venezolano por no querer recibir pedradas en una manifestación? ¿Qué hacer con esta sensación de letargo incoherente? ...Esta sensación de que están ocurriendo miles de vainas pero ya no queremos lidiar con ello, ni siquiera enterarnos, pero están ocurriendo. Hoy se creó una figura de "vice-presidente" de Caracas, somos panas de Al-Bashir, 30 años de cárcel sin pruebas, Baduel y Rosales.
¿Nos hicimos indiferentes o es que siempre lo hemos sido? ¿Ya tenemos los ojos rojos? ¿Ya nos dió la nausea?
martes, 7 de abril de 2009
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